| El
profesional de enfermería, por la gestión del riesgo, hacia la seguridad
del paciente | |||||
Elena Gómiz León | Subdirectora de Enfermería. Hospital Severo Ochoa. Madrid | |||||
La seguridad del paciente se considera una prioridad en la asistencia sanitaria, actividad cada vez más compleja, que entraña riesgos potenciales y en la que no existe un sistema capaz de garantizar la ausencia de efectos adversos, ya que se trata de una actividad en la que se combinan factores inherentes al sistema con actuaciones humanas. La gestión de riesgos es una metodología que se utiliza cada vez más en los servicios sanitarios. Sus principales objetivos son, incrementar la calidad de la asistencia, mejorar la seguridad de los pacientes y de los profesionales sanitarios que la reciben y la llevan a cabo y disminuir los costes evitables. La preocupación
por la calidad de la asistencia, por la seguridad de los pacientes y por la confidencialidad
de la información clínica es general en los sistemas sanitarios
y se recoge en diferentes normas legales y reglamentarias, con independencia de
su modo organizativo y financiero. En todo el mundo occidental y también
en nuestro país, las reclamaciones y demandas por una posible deficiencia
asistencial sanitaria, muestran un incremento discreto, pero constante. La gestión
de riesgos sanitarios, es una de las vías que se están poniendo
en práctica con el fin de moderar la siniestralidad y su coste en el sector
sanitario.
La
gestión de riesgos clínicos se basa en la identificación,
el análisis y la corrección de las causas que originan daño
secundario al paciente tras el tratamiento médico o la administración
de cuidados. Es imposible evitar completamente el daño al paciente, toda
acción humana conlleva un margen de error; sin embargo es posible identificar,
estudiar, controlar y La Consejería de Sanidad y Consumo ha creado el observatorio de Riesgos Sanitarios de la Comunidad de Madrid, orientada a incrementar la calidad de la asistencia y la seguridad de los profesionales y pacientes en el entorno sanitario. No se nos escapa, que en el mundo de
la Nefrología, la tecnología avanza cada vez más deprisa,
y los profesionales que nos dedicamos a ella, sabemos que la seguridad de los
equipos cada vez es mayor, los tratamientos más complejos, que el perfil
del paciente ha cambiado, demanda información sobre su tratamiento, efectos
y quiere ser participe en todo momento Hay que recordar que los problemas de seguridad se producen como consecuencia de múltiples causas, no solo el fallo humano es la principal explicación. Los expertos proponen un enfoque sistémico, recordando que la aparición de los mismos depende, en gran medida, de múltiples factores contribuyentes relacionados con el sistema. Es frecuente encontrar después del análisis en profundidad de un problema de seguridad, causas relacionadas con la comunicación, la ergonomía, la fatiga, la dotación del personal, la supervisión o la formación inadecuadas. EPor tanto, muchos de los eventos adversos
se deben a situaciones latentes del propio sistema y no a negligencias Son muchas las líneas de actuación que deben
de ponerse en marcha para la mejora de la seguridad de los pacientes y alcanzar
algunos de los objetivos formulados. Algunas de las recomendaciones siguientes
se desprenden del análisis de los informes internacionales: El profesional sanitario es el ejecutor de la acción asistencial, controlador de los procesos y responsable de los resultados, y es evidente que su responsabilidad, la buena práctica (formación, experiencia y trabajo en equipo) y las herramientas de gestión clínica son los factores que más pueden influir en la minorización del riesgo. No se nos puede olvidar, que el usuario no recibe toda la información sobre el proceso, SU PROCESO, además las expectativas de los pacientes cambian y el profesional no lo sabe ¿conocemos las verdaderas necesidades de los pacientes?, ¿sabemos expresarles el contenido de nuestro trabajo? La mejora de la comunicación es reto actual, para muchos de los que nos dedicamos a la gestión sanitaria, mejorar la comunicación interna en todos los niveles, de forma bidireccional, facilitando la disponibilidad de los recursos posibles, favorece la disminución de fallos o su detección precoz. Desde nuestra Sociedad, debemos impulsar y difundir la cultura de la gestión del riesgo, avanzando, no solo en tecnología, también en formación, en diferentes temas, necesarios para alcanzar la excelencia de la que goza la Enfermería Nefrológica. BIBLIOGRAFÍA 1.
Aranaz JM, Aibar C, Gea MT, León MT. Los efectos adversos en la asistencia
hospitalaria. Una revisión crítica. Med Clin (Barc) 2004; 123:21-5. |