Introducción:
Los pacientes en hemodiálisis tienen numerosas comorbilidades y limitaciones que merman su calidad de vida. El tratamiento con hemodiálisis es similar en todos los centros pero marcan la diferencia las iniciativas novedosas en la mejora de la calidad de vida de los pacientes una vez regresan a su domicilio.
Material y Método:
A lo largo del bienio mayo 2015 - mayo 2016 se estableció
una estrategia integral de educación nutricional
interactiva que incluyó:
-Taller práctico de nutrición.
-Videos informativos durante la sesión de hemodiálisis.
-Técnicas motivacionales por objetivos de control de
potasio, fósforo y ganancia interdiálisis. Se analizó el
impacto de estas medidas en la percepción subjetiva de
calidad de vida mediante el empleo de la escala de calidad
de vida validada para pacientes con enfermedad renal
crónica en diferentes estadios KDQOL-SF™. Para el
análisis estadístico se empleó Chi cuadrado ó T-Student
en función de la variable a estudio.
Resultados:
Del total de 78 pacientes en hemodiálisis respondieron la encuesta 47 de los cuales 27 (57,4%) son varones. Pese a estar en hemodiálisis, el 48,9% de los pacientes considera que su salud de buena a excelente. Del resto la mayoría consideran que es regular (44,7%) y son minoritarios los que la consideran mala (6,4%). La gran mayoría de los pacientes considera que su salud es igual o mejor a la de hace un año (78,7%). Es notable este dato dado el deterioro general que tiende a producirse con el paso acelerado del tiempo biológico en los pacientes en hemodiálisis. El 61,7% y 38,3% de los pacientes señala que la limitación de líquidos y la dieta respectivamente les preocupan mucho o muchísimo. Por ello, consideramos vital el desarrollo de estrategias de mejora en estos aspectos con desarrollo de programas educacionales que permitan a los pacientes adaptar su estilo de vida al tratamiento sin repercusión sobre la calidad de la misma ni compromiso de su estabilidad clínica que se ve claramente mejorada con estas medidas. Observamos una reducción estadísticamente significativa de la ganancia hídrica interdiálisis tras el programa 2,3±1,05 vs 2,13±1,06, p=0,04). Finalmente, en la encuesta de calidad de vida rellenada tras el desarrollo del programa, la gran mayoría de los pacientes consideran que los cuidados recibidos por el personal del centro de diálisis son muy buenos (19,1%), excelentes (29,8%), o los mejores (31,9%). La práctica totalidad de los pacientes considera que el personal sanitario del centro le anima a ser más independiente (59,6%).
Conclusiones:
La enfermedad renal crónica con requerimientos de tratamiento renal sustitutivo mediante hemodiálisis no necesariamente implica deterioro de la calidad de vida de los pacientes según los resultados de una encuesta subjetiva validada para esta población. Las limitaciones en la ingesta de líquido y restricciones dietéticas que impone la hemodiálisis se encuentran entre las principales molestias de los pacientes, lográndose mediante estrategias educacionales interactivas, mayor cumplimiento y satisfacción general de los pacientes.