Introducción:
Un aspecto primordial en los pacientes incluidos en programa
de Hemodiálisis, es disponer de accesos vasculares
que permitan realizar una diálisis efectiva con flujos
de sangre adecuados, sin complicaciones, que sean duraderos
y cuyo abordaje sea seguro.
Conseguir un acceso vascular adecuado no siempre es
fácil, y en ocasiones, se decide la puesta en marcha de
medidas para la prevención de posibles complicaciones
que podrían considerarse inusuales, pero que se nos presentan
como la última oportunidad para poder realizar
una hemodiálisis de calidad.
Las infecciones son una de las complicaciones más graves,
sobre todo las que afectan a los catéteres venosos
centrales tunelizados, precisando, en la mayoría de los
casos, la retirada y sustitución del mismo.
Caso clínico:
El caso clínico que se expone, es el de un varón de 40
años, inmigrante, VIH+, enfermedad renal crónica (estadío
5), glomeruloesclerosis focal, hipertiroidismo secundario,
HTA, cardiopatía hipertensiva y trastorno límite
de la personalidad, en programa de hemodiálisis
desde hace siete años, con una red vascular precaria y
muy deteriorada, y que en la actualidad, es portador de
un catéter central tunelizado cuya sustitución es complicada.
A todo esto se le añaden problemas sociales
(afrontamiento defensivo y gestión ineficaz de la propia
salud) que favorecen la aparición y recidiva de infecciones
y el deterioro de los accesos vasculares anteriores.
Debido a su problemática, ha sido portador de once accesos
vasculares: Dos fístulas arterio-venosas y nueve
catéteres venosos centrales (cuatro de ellos permanentes
y cinco temporales). De los seis accesos permanentes,
cuatro presentaron infecciones y recidivas causadas
por diferentes microorganismos, que precisaron antibióticos
de amplio espectro por vía sistémica, y finalmente,
la sustitución del acceso.
Material y Método:
Ante estas circunstancias, se ha optado, desde el momento
de la inserción del último catéter tunelizado, y
como medida profiláctica a una infección, por el sellado
interdiálisis de manera habitual, con una dilución de un
antibiótico de amplio espectro asociado a un anticoagulante,
realizando cultivos de manera sistemática para
asegurarnos de la ausencia de infecciones a nivel local
y sistémico.
Para ello, diluimos el antibiótico, teicoplanina 200
mgr. (Teicoplanina Combo Pharm), en 3,3 ml. de heparina
al 1% (resultado de sumar los mililitros de las ramas
del catéter venoso central) introduciendo en cada
rama, la cantidad precisa de la dilución, en este caso
1,6 ml. en la rama arterial y 1,7 ml. en la venosa y
dejándolo hasta la siguiente sesión. Este procedimiento
se realiza los tres días de la semana en los que el
paciente acude a diálisis.
Resultado:
El resultado obtenido es un acceso vascular que ha permitido desde su colocación, en Junio de 2015, una diálisis óptima sin la aparición de infecciones relacionadas con el acceso (los últimos cultivos, recogidos el 15 de febrero de 2016, dieron negativo tanto a nivel sistémico como local).
Conclusión:
El sellado interdiálisis del catéter con Teicoplanina se nos presenta como la solución a este caso concreto, al ayudarnos a mantener el acceso libre de infecciones y funcionante, mejorando la calidad de las diálisis.