RESUMEN:
Ante el cambio del hierro intravenoso utilizado enlos pacientes
en prediálisis,
hierro gluconato(Ferrlecit®) por hierro sacarosa (Venofer®), condiferencias
en la estructura química y peso molecular, decidimos comprobar la efectividad,
tolerancia y posible repercusión sobre la función renal de ambos
preparados de hierro.
Se han estudiado 58 pacientes, con una edad media de 63,5+15 años, 29
se trataron con hierro gluconato y 29 con hierro sacarosa, con dos protocolos
de administración. Estudiamos parámetros hematológicos,
función renal y depósitos dehierro, que fueron recogidos al comienzo
del tratamiento y un mes después de la última dosis administrada.
La respuesta de los pacientes a los dos tipos dehierro ha sido buena, no
mostrando diferencias significativas a favor de ninguno de ellos, con respecto
a la evolución
de la anemia, a los depósitosde hierro y a la mejoría clínica
de los pacientes.
No se ha observado un deterioro importante de lafunción renal en ninguno
de los dos grupos, solo se ha producido un incremento de la creatinina sérica,
atribuible a la progresión normal de la enfermedad. El coste del hierro
sacarosa es muy superior al del hierro gluconato.
Sólo en un paciente tratado con hierro gluconatose han observado efectos
adversos. No obstante,esto no dispensa los cuidados de Enfermería, ante
la posibilidad de que se puedan presentar problemas en algún paciente,
con cualquier tipo dehierro intravenoso administrado.
PALABRAS CLAVE: |
HIERRO INTRAVENOSO
PREDIÁLISIS
ANEMIA
CUIDADOS DE ENFERMERÍA |
|
ABSTRACT:
Due to the change in the use of intravenous ironin patients in predyalisis
(from iron gluconate toironscarose) and because of their differences inchemical
structure and molecular weight, we perfomed a study to compare both forms analyzingeffectiveness,
tolerance and influence on renal function.
We studied 58 patients (mean age, 63,5 +/- 15yrs). 29 patients were treated
with iron-gluconateand 29 with iron-sacarose. We used two differentprotocols
of administration. We studied haemato-logical parameters, renal function, and
iron deposits. Determinations were done before starting thetreatment and one
month after the administrationof the last dose.
The patients’ response was adequate and therewere no statistically
significant differences when analyzing paramenters such as anaemia, iron
deposits and clinical improvement. We did not observe an impairment of renal
function. However,we could detect a slight increase of serum creatine possibly
due to the normal progression of thedisease.
We only observed adverse effects in one patienttreated with iron-glouconate.
Despite these results, nurses may carefully monitor the presence of adverse
effects regardless of the type of iron administered.
KEY WORDS: |
INTRAVENOUS IRON
PREDYALISIS
ANAEMIA
NURSING CARE |
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Correspondencia:
Jesús Lucas Martín Espejo
Plaza del Martinete 3-4-I
41007 Sevilla |
INTRODUCCIÓN
Un número importante de pacientes que padecen Insuficiencia Renal Crónica
(IRC) presentan anemia debida a múltiples factores, siendo el más
importante el déficit enla síntesis de eritropoyetina (EPO),
que suele ir en paralelo con el grado de la progresión de la IRC. En
la actualidad esta anemia es tratada con EPO en prediálisis (PRE),con
una notable mejoría clínica(1).Varios trabajos clínicosno
muestran ninguna influencia desfavorable de la corrección de la anemia
con EPO en la progresión de la IRC(2).
La carne, el pescado (alimentos restringidos en la dietaen PRE) y los cereales
son los alimentos con mayor riqueza en hierro (Fe), siendo el que contiene
la carne elque se absorbe con más facilidad, ya que atraviesa lamucosa
intestinal por difusión simple. El Fe de los alimentos se absorbe en
el duodeno y en la primera porción del yeyuno. Una dieta normal de 2500-3000
calorías contiene aproximadamente 6 mg de Fe por cada 1000 calorías,
lo que significa que los alimentos aportan15-18 mg de Fe al día; de
esta cantidad solo se absorbeel 5-10%, por lo que el Fe aportado diariamente
a través de los alimentos es aproximadamente de 1,5 mg(3).
Para iniciar el tratamiento de la anemia en PRE se debehacer una valoración
de los depósitos de Fe. Si existiera ferropenia, se debe corregir, ya
que a veces esta simple medida correctora puede solucionar una situación
deanemia. Hay que considerar que si hay que administrar EPO se produce gran
demanda de Fe provocada por elincremento de producción de hematíes;
la médula normalmente requiere unos 30 mg Fe al día y con EPOpuede
requerir hasta el doble. En PRE el aporte de Feoral tiene ventajas evidentes
desde el punto de vistapráctico, pero a veces puede ser insuficiente,
debido a:mala absorción intestinal, sangrado, algunas dietas pobres
en proteínas, anorexia, interacción con otros medicamentos (antiácidos,
quelantes del fósforo, etc.) o porla aparición de gastritis o
estreñimiento. Además el hecho de que se deba ingerir en ayunas
favorece el olvido o abandono por los pacientes(2).
El sulfato ferroso oral ha sido útil para la corrección de los
depósitos de hierro en PRE pero a menudo provoca intolerancia digestiva,
y a veces erosión gástrica(4), por loque en determinados pacientes
ha sido necesario la utilización de hierro IV.
El déficit de Fe puede producirse por una disminución de las
reservas (déficit absoluto) o por una disminución del Fe disponible
(déficit funcional). En el primer caso semide por los niveles de Ferritina
y el segundo por el IST (Indice de Saturación de Transferrina) (3).
No hay estudiosen PRE que establezcan la dosis idónea de Fe parenteral
(IV) en estos pacientes(2). Las Guías Europeas recomiendan mantener
la ferritina entre 200-500 ng/ml y elIST al 30-40 %(5).
La depleción de Fe no sólo causa empeoramiento de la anemia y
mala respuesta a la EPO, sino que es responsable por sí misma de síntomas
como la disminución depotencia muscular e intolerancia al frío(6).
La administración parenteral de Fe provoca cambios agudos en losanálisis
del IST y de la ferritina, por lo que ha de transcurrir al menos 1 mes para
que los resultados analíticos sean representativos del nuevo estado
de las reservas de Fe(5,7).
La necesidad de tener que cambiar el tipo de hierro IV que estábamos
utilizando en nuestros pacientes, que setenia que obtener como medicamento
extranjero, por otro de fabricación nacional con diferencias en su estructura
química y peso molecular(1), nos planteó la necesidad de comprobar
la eficacia y tolerancia en nuestros pacientes en PRE.
OBJETIVOS
Comparar la respuesta de los pacientes en PRE a dos tipos de hierro IV, valorando
los efectos adversos que se pueden presentar con su administración IV
y observando su posible repercusión sobre la función renal.
PACIENTES Y METODOLOGÍA
La muestra estaba formada por 58 pacientes, con unaedad media de 63,5+15 años
(Rango 20-93), de los que30 eran mujeres. En cuanto a la causa de la insuficiencia
renal: 19 (33%) pacientes con nefroangiosclerosis,10 (17%) pacientes con IRC
no filiada, 9 (15%) pacientes con glomerulo patías crónicas,
7 (12%) pacientes connefropatía diabética, 5 (9%) pacientes con
poliquisto sisrenal, 4 pacientes (7%) con nefropatía túbulo intersticial
crónica y 4 pacientes (7%) con enfermedades sistémicasde diversa
etiología (dos casos de LES, uno de amiloidosis y uno de síndrome
hemolíticourémico).
Fueron tratados con hierro gluconato (Fe F) 29 pacientes y los otros 29 con
hierro sacarosa (Fe V). A todos los pacientes se les administró el medicamento
por vía IV, durante un tiempo entre 1 y 2 meses, dependiendo del número
de dosis prescritas, realizándose las infusionesen las dependencias
anexas a las consultas de PRE. La indicación y el número de dosis
se ajustó a los niveles de transferrina, ferritina e IST, que el paciente
presentaba antes del tratamiento.
Para la infusión de Fe F, hemos seguido el siguiente protocolo de administración:
una dosis de prueba de 25 mgdisueltos en 100 cc de Suero Fisiológico
(SF) a infundiren una hora, durante la cual se mantenía una vigilancia
estrecha por parte de Enfermería, por si aparecían síntomas
no deseables. Finalizado el test de prueba si no se observaban efectos adversos,
se administraba una dosissemanal de 2 ampollas (124 mg) disuelta en 100 de
SF,a pasar en al menos una hora.
El protocolo de administración de Fe V fue: una dosis deprueba de 100
mg disueltos en 100 cc de SF a infundir,los primeros 20 cc en 15 minutos, con
vigilancia porparte de Enfermería por si aparecían efectos indeseables;
de no existir, el resto de esta primera dosis se infundía en una hora
como mínimo. Las dosis posterioresse administraban semanalmente, 1 ampolla
(100 mg.)disuelta en 100 cc de SF a infundir en una hora.
El numero de dosis, tanto en el Fe F como en el Fe V,era prescrito por el facultativo
dependiendo de los depósitos de hierro y transferrina de cada paciente,
y seadministraba una dosis por semana hasta su finalización. En los
pacientes con depósitos de Fe excesivamente bajos, se les administraba
el doble de la dosis habitual por semana (240 mg o 200 mg, según el
tipo deFe utilizado), siempre que el nivel de transferrina plasmática
fuera superior o igual a 200 mcg/ml (para minimizar el nivel de Fe libre en
plasma); en este caso, la solución de SF fue de 250 cc, a infundir al
menos en 2horas.
Estudiamos, al comienzo del tratamiento y un mes después de administrar
la última dosis(7), los siguientes parámetros:
• Hb y Hto
• Sideremia, transferrina, IST y capacidad de captarel hierro
• Creatinina sérica (Cr) y aclaramiento de creatinina(ClCr)
• Proteinuria de 24 horas
• iPTH
• Dosis total de Fe y de EPO
• Incidencia de efectos secundarios
• Número de transfusiones recibidas durante el tiempo que duró el
tratamiento con Fe IV
Los datos de los pacientes tratados con Fe F se obtuvieron de forma retrospectiva
(entre los pacientes tratadoscon Fe IV en los últimos 6 meses) y los
de Fe V de forma prospectiva. El criterio de selección empleado fue
laausencia de comorbilidad que indujera resistencia a la EPO o aumento de necesidades
transfusionales, por loque se excluyeron pacientes con: infecciones graves,
neoplasias conocidas y sangrado evidente.
El estudio estadístico se realizó con el programa SPSS10.0. Se
aplicó la prueba de la T de Student para datos pareados para analizar
la evolución de los diferentes parámetros antes y después
del tratamiento; para analizarlas diferencias según el tipo de Fe empleado
se aplicó laT de Student para datos independientes.
RESULTADOS
1. Efectos adversos: un paciente del grupo Fe F presentó hipotensión
y malestar general en los primeros momentos de la infusión; tras la
interrupción de la infusión desapareció la sintomatología,
si bien obligó a la suspensión completa del medicamento. Tres
pacientes recibieron transfusiones de sangre durante elperiodo de tratamiento:
1 del grupo Fe F y 2 del grupo Fe V.
2. Evolución de los distintos parámetros en
cada grupo,antes y después del tratamiento con Fe IV.
a. Grupo Fe gluconato. En la tabla 1 se apreciaque en el grupo
Fe F aumentan de forma estadísticamente significativa el Hto y la Hb,
sin modificación significativa de las unidades de EPO.En la tabla 2,
se puede apreciar la evolución devarios parámetros que miden
los depósitos de Fe, consiguiendo que aumente la sideremia, elIST y
la ferritina, mientras que la transferrina y la capacidad de fijar el Fe disminuye,
como erade esperar, con significación estadística. En la tabla
3, se muestra la función renal medida por lacreatinina sérica
que empeora discretamente, aunque no se refleja dicho empeoramiento en elaclaramiento
de creatinina.



b. Grupo
Fe Sacarosa.En la tabla 4 se puedever la evolución de la anemia seguida por el grupo Fe V, antes
y después del tratamiento con Fe,donde la Hb y Hto aumentan
significativamente.Así mismo ha ocurrido con las dosis
de EPO. Enla tabla 5, se observa la evolución de los depósitos
de Fe, donde se puede comprobar que estoshan aumentado con significación
estadística. Deigual manera que en el grupo de Fe F, la
transferrina y la capacidad de fijar Fe bajan. En la tabla 6
se puede ver la evolución de la función renal en
el grupo Fe V, donde hay un discretoaumento de la Cr sin afectación
digna de mención en el ClCr.



3.Comparación de ambos grupos.En la
tabla 7 seobserva que a ambos grupos se les administró la
misma dosis media de Fe IV. Encontramos diferencias significativas
en la dosis de EPO inicial (3965U+ 3122vs 7206+ 7494, p= 0,03),
pero no en la dosis tras eltratamiento, ni en el cambio de la
dosis de EPO, a lolargo del tratamiento. El aumento de los distintos
parámetros de Fe fue similar en ambos grupos; estos resultados
se reflejan (tabla 8). Al comparar ambos grupos antes y después
del tratamiento, los Htos y Hberan diferentes, pero el incremento
del Hto y Hb fuesimilar (tabla 9). No se han encontrado diferencias
en la creatinina sérica y el aclaramiento de creatinina,
entre el comienzo del tratamiento con hierro y una vezfinalizado
este. El resto de los parámetros estudiados como la proteinuria
e iPTH no han demostrado variación significativa cuando
se ha comparado los valores iniciales con los del final de tratamiento,
ni cuando hemos comparado a ambos grupos entre si, si bien la
proteinuria tras el tratamiento fue superior en elgrupo Fe F
rozando la significación estadística(p=0,08).

DISCUSIÓN
Con la administración de Fe IV a nuestros pacientes en PRE, independientemente
de tipo de hierro que se ha utilizado, cuando los depósitos de Fe han
sido inferiores de los valores propuestos(6)hemos conseguido aumentar las cifras
de Hto y Hb, con mejoría clínica, como señalan otros autores
(2,6). En el grupo Fe F se ha conseguido un aumento mayor del Hto y Hb que
en el grupo Fe V, pero cuando se han comparados ambos grupos entre síno
hay significación estadística. Es cierto que los pacientes del
grupo Fe F partían con unos niveles superiores de Hb y una dosis más
alta de EPO que el otro grupo, por lo que pensamos que al ir aumentando los
depósitos de hierro se favorece el resultado esperado dela EPO sin tener
que aumentar la dosis de la misma. En el grupo Fe V observamos un aumento de
la EPO post tratamiento de Fe IV, partiendo pretratamiento de valores muy inferiores
al grupo Fe F. Esta diferencia puede explicarse por la aplicación de
un nuevo protocolo enel que se espera a tener niveles de Ferritina más
elevados antes de elevar la dosis de EPO.
Los dos fármacos se han mostrado igualmente efectivos para aumentar
los depósitos de hierro, como se haobservado en otros estudios(8). En
cuanto el efecto que puede tener la administración de hierro IV, sobre
laevolución de la función renal en ambos grupos, hemosencontrado
un empeoramiento de la Cr sérica con significación estadística,
pero sin deterioro de la ClCr,quizás achacable a la progresión
normal de la enfermedad, al ser una elevación moderada. Estudios previos
en pacientes en PRE han encontrado resultados similares(9).
En nuestro estudio un sólo paciente del grupo Fe F presentó síntomas
indeseables (hipotensión) por el medicamento, que desaparecieron al
interrumpir la infusión, pero que obligaron a la suspensión del
fármaco; bien esverdad que la población estudiada es pequeña
y su uso en nuestra unidad es de menos de un año. No por eso se han
relajados los cuidados de Enfermería durante la infusión, y sobre
todo en las primeras dosis, porque puede aparecer reacciones sistémicas,
según algunos autores(1), y por que la experiencia acumulada con un
uso masprolongado del Fe F nos ha enseñado que un numero pequeño,
pero no despreciable de pacientes, no incluidos en este estudio, han presentado
sintomatología indeseable al medicamento (hipotensión, artralgias,
sabormetálico, diarreas) o a la infusión rápida de éste.
En las entrevistas informales que ha mantenido Enfermería con los pacientes
durante las semanas que ha durado el tratamiento, se les ha preguntado sobre
la aparición de algún síntoma secundario que se pudiese
relacionar con la infusión de Fe IV y sobre su mejoría física
subjetiva, a lo que la mayoría de los pacientes, según progresaba
el tratamiento, han contestado favorablemente, comentando la disminución
de síntomas que tenían antes de comenzar el tratamiento, aunque
estos comentarios no se han considerado en este estudio.
A pesar de la efectividad similar de ambos fármacos, unaspecto a valorar
es el precio del Fe V, que es 4 veces superior al Fe F (según lista
de precios de compra denuestro hospital), a pesar de ser este ultimo un medicamento
de procedencia extranjera.
CONCLUSIONES
1. La respuesta de los pacientes a los dos tipos de hierro ha sido buena,
no mostrando diferencias significativas a favor de ninguno de los dos con
respecto ala evolución de la anemia y depósitos de Fe.
2. No se ha observado un deterioro importante de lafunción renal en
ambos grupos, sólo un leve incremento de la Creatinina sérica
atribuible a la progresión de la enfermedad.
3. El coste del Fe sacarosa es muy superior al Fe gluconato.
4. Pese a la ausencia de efectos adversos no deben relajarse las actividades
de vigilancia y control por parte de Enfermería, ante la posibilidad
de que se puedan presentar en algún paciente, y con cualquier tipo de
hierro IV.
AGRADECIMIENTO
A nuestra compañera Dra. Dña. Maria de los Ángeles Guerrero
Rísco, por apoyar e incentivar a la Enfermeríaen la elaboración
de este trabajo.
BIBLIOGRAFÍA
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